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IMPOSIBILIDADES | Pt. 1
- Entonces, una vez más ¿cuál es tu última memoria? - preguntó suavemente la enfermera que había atendido a Sho durante los años posteriores al coma. Ella había estado ahí desde que él abrió los ojos y todo a su alrededor se había vuelto tan abrumador y hostil; lo había ayudado con su rehabilitación y fisioterapia. Sho tardó en responder, aún le costaba trabajo hilar las ideas para convertirlas en palabras.
- Tómate tu tiempo, Sho. No llevamos prisa - le sonrió nuevamente, cálida, dulce. Ella era una experta en su trabajo o tal vez le había tomado cariño al compartir tanto tiempo con él.
- Enfermé. Estaba...ardiendo en fiebre. Solo quería dormir y Joon cuidaba de mí -. Tomó aire, ésta vez con mayor dificultad. Había algo en sus memorias que dolían. Las secuelas del coma eran notorias, no solo en su cuerpo, la locución era ambigua, sin embargo en su cabeza todo estaba claro.
- Mis hijos...estaban...en la habitación. Dos de ellos enfermaron también -, concluyó. Sus pasos eran lentos, el andador le ayudaba con la marcha puesto que sus músculos y articulaciones habían sufrido demasiado después de estar tanto tiempo inmóviles.
- ¿Cómo se llaman tus hijos, Sho? -, preguntó nuevamente la enfermera. Dichas preguntas eran rutinarias, ya que ayudaban al paciente a mejorar su memoria.
- Shin, Shinji y Shouta -, contestó Sho de forma rápida. Nunca podría olvidar sus nombres, ni el de su compañero de vida: su ausencia le desgarraba las entrañas. Aquello lo demolía. ¿Por qué no estaban ahí? ¿Por qué la granja estaba sola y abandonada? Y aunque sabía las respuesta, de todas formas había cosas que le costaba digerir. Su proceso de recuperación aún no terminaba. Deseó huir. Lejos. Ir a buscarlos y decirles que él vivía. De pronto se sintió mareado. Se desplomó. Demasiadas memorias para un cerebro en recuperación.

Posted 10/18/2025, 8:00 AM